¿Cómo se analiza el perfil del cliente pagador en Finsmart?

En el Perú, el factoring ha ganado terreno en el sector financiero. La emergencia sanitaria hizo que el Gobierno impulsara medidas de financiación alternativas para ayudar a la micro, pequeña y mediana empresa (mipyme). En este contexto, muchas empresas vieron en el factoring una alternativa de financiación rápida y sencilla para conseguir liquidez, durante la pandemia del COVID-19. En el siguiente post, explicaremos cómo se evalúan las facturas y cómo se analiza el perfil del cliente pagador.


Evaluación de facturas y análisis del perfil del cliente pagador en factoring

En factoring hay dos mecanismos que se utilizan para mitigar los riesgos de inversión: la evaluación de las facturas negociables y el análisis del cliente pagador.

Las facturas negociables suelen pasar por diversos filtros para determinar el riesgo crediticio. Algunos criterios son:

  • La cantidad de operaciones financiadas.
  • Las garantías bancarias.
  • El financiamiento actual con entidades bancarias.
  • Los hábitos de pago del cliente pagador.
  • El tamaño del cliente pagador (deudor).

Con esta información, las facturas negociables son calificadas con una puntuación para determinar el riesgo crediticio. Si las facturas obtienen una calificación por debajo de lo recomendable, estas son rechazadas. Es decir, no se publican como oportunidades de inversión.

Para Jesús Navarro Villegas, Jefe de Riesgo de Finsmart, evaluar adecuadamente las facturas negociables y analizar el perfil del cliente pagador es clave.

“El perfil del cliente pagador que trabaja con Finsmart es el corporativo o de grande empresa. Tratamos de manejarlo de esta forma ya que estos tipos de empresas presentan un menor riesgo de impago y, a su vez, son más atractivos para los inversionistas, ya que muchos de los deudores son de renombre o pertenecen a un grupo económico con respaldo y trayectoria”.

Por otro lado, para analizar el perfil del cliente pagador se evalúa un conjunto de variables enfocadas en conocer y medir la experiencia de la empresa, tanto en su sector como su desempeño en el sistema financiero. Las principales variables que utiliza Finsmart dentro de la evaluación del perfil son las siguientes:

  • La antigüedad en el negocio.
  • El número de trabajadores.
  • La clasificación en el sistema financiero.
  • El nivel de deuda directa e indirecta.
  • Las garantías que respaldan sus obligaciones.
  • El promedio de días de pago.
  • Los niveles de importación/exportación.
  • Los protestos.

Cada una de estas variables tiene un determinado peso dentro de la evaluación de las facturas negociables. Luego de una ponderación total (del 1 al 100) se otorga una calificación. Si la empresa pagadora evaluada obtiene una determinada puntuación, las facturas son publicadas como oportunidad de inversión.

“Solo publicamos facturas donde la empresa pagadora obtiene una calificación de B, B+, A, A+ o A++ dentro del Rating Finsmart. Las facturas que califican por debajo de B son rechazadas y no ingresan a nuestra plataforma. Además, es importante mencionar que para pertenecer a una escala, el puntaje mínimo deberá ser de 70. Por otro lado, estas escalas nos permiten definir cuál será la línea máxima otorgada a cada aceptante” explica Jesús Navarro Villegas,  Jefe de Riesgo.

Por último, cabe mencionar que hay un criterio adicional que se toma en cuenta para analizar el perfil del cliente pagador. Este es el ‘criterio experto’ y entran en juego variables que pueden otorgar un puntaje adicional. Para esto se toma en cuenta información como: el nivel de facturación, los estados financieros (EEFF), los grupos económicos a los que pertenece la empresa y la efectividad en Finsmart (si son deudores recurrentes).

¿Es seguro invertir en factoring?

Toda inversión conlleva riesgos y el factoring no es la excepción. Los inversionistas participan dentro de este nuevo esquema financiero a través del crowdfactoring. Bajo esta figura, los inversionistas pueden invertir en toda una factura o solo en una parte, a cambio de obtener rentabilidad. Una vez que el inversionista haya analizado el riesgo de la inversión y decida a invertir, la empresa de factoring se encarga de la gestión. Si eres inversionista y las ventajas del factoring te atraen, debes prestar atención en las siguientes recomendaciones.

En el Perú, existen más de 80 empresas de factoring registradas en la Superintendencia de Banca y Seguros (SBS). Estas empresas están inscritas en el ‘Registro de empresas de factoring no comprendidas en el ámbito de la ley general’ en conformidad con lo establecido en el ‘Reglamento de Factoring, Descuento y Empresas de Factoring’, aprobado mediante Resolución SBS N° 4358-2015. En lo que va de 2020, al menos 38 empresas de factoring iniciaron operaciones. Esto evidencia la acogida que tiene el financiamiento a través de facturas negociables.

Por este motivo, lo primero que un inversionista debe averiguar es si la empresa de factoring cumple con los requisitos que exige la ley. Uno de ellos es estar inscrita en el ‘Registro de empresas de factoring no comprendidas en el ámbito de la ley general’ de la SBS. El segundo es ser un participante  de Cavali ICLV, el Registro Central de Valores y Liquidaciones.

Acceder a los servicios de Cavali como participante es clave para hacer factoring en el Perú. Las empresas de factoring deben solicitar el registro de las facturas electrónicas ante esta institución para poder constituir un título valor: la factura negociable. De esta manera, la empresa de factoring, bajo mandato de los inversionistas, tiene la titularidad de la factura negociable y puede efectuar el cobro.

Para Alexander Chiu Werner, CEO de Finsmart, esto es importante porque permite a las empresas de factoring enfrentar

“una situación de retraso o intención de impago, así como, solicitar la constancia de inscripción y titularidad ante Cavali y la remisión correspondiente al Registro de Protestos y Moras de la Cámara de Comercio de Lima (CCL). Ésta, a su vez, es reportada a todas las Centrales de Riesgo (Equifax, Sentinel, entre otras) a nivel nacional. Esto último genera, para la empresa que incurra en impago, la devaluación de la clasificación crediticia y afectará su acceso a los servicios de crédito en el sistema financiero a nivel nacional”.

Por otro lado, la anotación en cuenta de la factura ante Cavali también permite que las acciones legales de cobranza que realice la empresa de factoring

“accedan a un proceso ejecutivo que, en la práctica, reduce los plazos para una resolución judicial”, explica  el CEO de Finsmart.

Este aspecto es importante porque permite a la empresa de factoring encargarse de la gestión del cobro de la factura. Si la factura no se paga luego de los ocho días hábiles posteriores a la fecha de vencimiento, “Finsmart realiza diferentes acciones que, dependiendo de cada caso, pueden incluir la comunicación constante con la empresa deudora, el envío de cartas notariales, reporte en centrales de riesgo, registro de protestos y, en último caso, la elevación a una instancia judicial”.

Cabe resaltar, que en todo el proceso de una factura atrasada, el inversionista no tiene que hacerse cargo de ningún trámite o acción de cobranza. Además, en caso de que la cobranza se haga efectiva, la inversión realizada considerará la rentabilidad acumulada hasta la fecha.

Por último, en el caso de las empresas cedentes, “el principal beneficio es que, al tener todas estas ventajas en el cobro respecto a la empresa pagadora (deudor), es más probable que el pago se dé, lo que afecte menos el monto de garantía que la empresa cedente mantiene con Finsmart”, añade Chiu Werner.

De esta manera, el factoring se convierte en una solución financiera con mucho potencial en la coyuntura actual. Ya seas una mipyme que desea obtener liquidez  o un inversionista que desea probar nuevos mecanismos de inversión, el factoring podría ser una buena opción para ti.

🎧 Escucha nuestro último episodio de nuestro podcast "Finsmart Pills" y conoce a más detalle el proceso de evaluación y admisión de las empresas pagadoras en Finsmart.

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Somos una Fintech enfocada en adelantar las facturas por cobrar de las PYMEs (factoring) a través de inversionistas que buscan alternativas atractivas de rentabilidad.